La IA puede acelerar drásticamente el reclutamiento: filtra volumen, prioriza candidatos y libera a RR. HH. de tareas repetitivas. Pero sin gobernanza, también puede amplificar sesgos históricos. La solución no es apagar la tecnología, sino usarla con reglas claras: datasets auditados, explicabilidad de resultados y supervisión humana.
Principio guía: rápido, sí; sesgado, no. La calidad del talento empieza por un proceso justo y medible.
Cómo se ve en la práctica
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Brief objetivo del perfil (competencias, métricas de éxito) para evitar criterios difusos.
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Variables sensibles bloqueadas (edad, género, etc.) y auditorías periódicas de sesgo.
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Entrevistas estructuradas con scorecards; decisión documentada y trazable.
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Privacy by design: consentimiento y resguardo de datos desde el día uno.
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KPIs de salud: time-to-hire, diversidad en la terna, éxito a 90 días, consistencia entre evaluadores.
Beneficio real: combinás velocidad de criba con calidad y equidad en la elección final.
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